Tal Vez

Debamos empezar por convencernos de que no siempre tenemos la razón, que nuestros ideales pueden no ser los correctos, que el dios verdadero a lo mejor no es el nuestro o bien que podría no existir alguno, que tal vez lo verdadero sean los ideales y el dios en el que creen nuestros vecinos.


Olvidarnos de actuar por instinto temiendo a los que desconocemos y comenzar por tratar de entenderlos, comprender sus culturas y costumbres y aprender a admirarlos, el humano ha creado una vasta cultura y toda ella es interesante.


Entender que el mundo no fue creado para estar a nuestro servicio y que solamente somos la especie más avanzada de esta parte de su historia, que nuestra raza podría desaparecer sin que ello signifique el fin del mundo.


Darnos cuenta que el matar una araña por el simple hecho parecernos desagradable es una muestra de nuestra ignorancia y barbarie.


Mirar a nuestro alrededor y notar que somos parte de la naturaleza, que debemos amarla y venerarla tanto como debemos amar y venerar a nuestros seres queridos, nuestros semejantes y a nosotros mismos.


Es ridículo saludar a un objeto, venerar un símbolo o entonar una canción que nos haga sentirnos distintos o superiores a otros grupos humanos.


Debemos sentirnos felices por nuestra inteligencia, y aprender a utilizarla de una manera útil.


Cada vez veamos un poco mas allá y pensemos.